En la actualidad parece que la inclusion se convierte en un mandato en los procesos de escolarizacion. De esta manera, incluir se ha transformado en un imperativo. No obstante, debemos interrogar esta naturalizacion para dejar de pensar en ciertos discursos de la inclusion y aportar en la construccion de una escuela distinta, de otra educacion para otro mundo posible. Con este proposito en el articulo, en primer lugar, se plantea un proceso de deconstruccion critica y despojamiento del estatuto de verdad sobre la inclusion, entendida en terminos gerenciales y dirigida hacia “los vulnerables”. Es necesario des-estandarizar los lenguajes y practicas que empiezan a autonombrarse como inclusivas, trastocar su centralidad en el discurso educativo actual y, ademas, no hacer economia de la complejidad, no simplificar las situaciones, las condiciones y menos las reflexiones sobre los saberes y los sujetos de la educacion. En segundo lugar, se realizan algunas reflexiones sobre la escuela, la estandarizacion de los saberes que han sido escolarizados y el formalismo del formato curricular, para plantear que mas alla de la escuela se requieren otros espacios de formacion donde los saberes adquieran otros tiempos y logicas, es necesario abrir contextos para inventar otros mundos, otros saberes. Finalmente, se realizan algunas reflexiones retomando del libro del pedagogo Philippe Meirieu, Frankenstein Educador, el imperativo de “hacer sitio al que llega y ofrecerle medios para ocuparlo”. La pedagogia de las diferencias, en este caso, estaria defendiendo el hacer sitio a los cuales llegar, en tanto espacios de acogimiento, oponiendose al cierre de los sitios o espacios de estar. Para terminar, se plantea la necesidad de desplazar las miradas del vulnerable al tercero formado. El Tercero Instruido sugerido por el filosofo frances Michel Serres (1999), no reproduce una oposicion binaria: blanco–no blanco; sino que se encuentra en el desvelamiento de los espacios intersticiales, de los medios lugares, los sitios de pasaje o lugares de travesia, lo cual implica una ensenanza y aprendizaje interminable, en todo lugar.