En el prologo a la version en ingles del Anti Edipo de Deleuze y Guattari (1977), Michel Foucault denuncia las practicas fascistas en las conductas de lo cotidiano, aquellas que nos hacen amar el poder y desear lo que nos domina y explota. Dentro de dichas practicas, aquellas que se reproducen en el ambito de la ensenanza son, al mismo tiempo, las mas frecuentadas y las mas ignoradas en virtud de su historica reproduccion. Las universidades y, en general, los centros educativos, en razon de su capacidad de performar subjetividades e incitar, bien sea a la repeticion de roles y pensamientos, o a la emancipacion y la originalizacion del saber, se convierten en “los centros de poder de los centros de poder”. Alli, la lucha por el poder instaura mecanismos y formas perceptibles de fascismo, que afirman la uniformidad, la unidad, el orden, las jerarquias y la sistematicidad del conocimiento, y los procesos pedagogicos y epistemologicos. En este sentido, esta investigacion responde a las preguntas que Foucault planteara sobre la relacion saber-poder para introducirnos en una vida no-facista: ?Como librar del fascismo nuestro discurso y nuestros actos en la practica educativa? ?Como expulsar de las aulas los comportamientos totalizantes y contradictores de la pluralidad y la diferencia? ?Como promover la formacion de comunidades emancipadas de saber, deseo y placer por el conocimiento? Para responder estas preguntas, se aborda el problema desde la perspectiva de las pedagogias criticas, especialmente, desde la experiencia de las comunidades de lectura, cuyo ejercicio logra superar la oposicion individuo-comunidad, reafirmando una colectividad de individuos en que la pertenencia no anula la subjetividad, sino mas bien, la potencia. Impulsando, al mismo tiempo, un proceso de originalizacion del saber, en que se hace consciente el poder de cada individuo para la resistencia y la creacion.