A medida que las batallas en contra de la discriminacion racial se hacen mas grandes, sonoras y exitosas, van surgiendo, como frente al espejo, nuevas y variadas formas de discriminacion que son en su mayoria muy sutiles. Teniendo esta caracteristica a favor, estas practicas se saltan con mucha facilidad aquellos controles legales y sociales que habian ganado un importante terreno. La respuesta necesaria en esta contienda, hecha por parte de los agentes discriminados y las organizaciones de la sociedad civil, es el uso de herramientas juridicas no convencionales que han ayudado eficazmente a probar los actos sutiles de discriminacion –en particular, grabaciones de audio y video sin consentimiento–. Sin embargo, su introduccion a nuestro sistema juridico representa un choque con los estandares probatorios clasicos. El articulo busca mostrar como se afecta la nocion clasica de ilicitud de la prueba y cuales son las ventajas y desventajas que surgen de los fallos anclados en la valoracion de dichas herramientas juridicas, teniendo como referencia un caso emblematico de discotecas