En el presente texto se sostiene, con Rorty, que la verdad no es una propiedad de hechos –ni mucho menos de objetos–. Sin embargo, contra Rorty, se afirma que asumir esta posicion no implica la eliminacion del concepto de verdad de nuestros discursos teoricos y filosoficos, esto es, que sigue teniendo sentido hacer una reflexion filosofica sobre la verdad. La estrategia para mostrar esto es abiertamente pragmatista: se inicia con el analisis de las practicas de los hablantes para mostrar que no adquirimos los mismos compromisos cuando atribuimos verdad y cuando atribuimos justificacion (seccion 1); posteriormente, se evidencia en que sentido la distincion filosofica entre verdad y justificacion es util socialmente (seccion 2); y para finalizar, se muestra que dicha distincion no entrana ninguna metafisica misteriosa (seccion 3).