Desde mis primeros pasos en la actividad docente, he estado inquieto por la novedad que deben tener mis catedras, con el fin de que mi auditorio este dispuesto a recibir, y no solo a recibir, sino a elaborar el contenido que deseo entregarle. Esta inquietud se volvio aun mas acuciosa cuando comence mi especializacion en Catequesis, en varios Institutos Europeos. La entrega de estos contenidos necesitan, mas que ninguna otra tarea educativa, de un cumulo de presupuestos con los cuales hay que contar si se quiere verdaderamente obtener los resultados que se buscan. Mi investigacion empezo por estudiar con un grupo de alumnos los impactos que producian los audiovisuales y la manera de observar su resultado en el inquieto medio de mis educandos.