EL SONIDO DEL ROCE DE LA PLEURA. A 200 ANOS DEL ESTETOSCOPIO DE R. LAENNEC En el siglo XIX, la medicina oscilo entre la carne y la idea, la camilla de autopsia y la cama del paciente. Por un lado, se sumergio en los datos de la evidencia empirica y fascinante de la carne muerta vista por la lente del ojo y luego por la del microscopio. Durante siglos, levanto un exhaustivo inventario (pensar en Morgagni y Vesalio) de organos, partes, nombres y densidades, alteraciones y colores. Se construyo la enciclopedia del interior del cuerpo humano con bellas ilustraciones, de partes, de tejidos, formas y lesiones anatomicas. Se desarrollan avances en la anatomia gruesa, de color y peso, de la descripcion de las partes con formas similares al liquen, a la flor; en las lesiones anatomicas clasificadas por rasgos y huellas visibles en la autopsia; y las alteraciones, ulceras y apostemas. Por el lado de la vida, la medicina oscilaba hacia la cama del paciente: palido, enjuto, con edema, pletorico; tosiendo, amarillo, con las venas reventadas o los ojos idos. La clinica asumio la idea de observar los signos fisicos en el cuerpo que pueden ser leidos como indicadores de las dinamicas del organismo, un sistema de medidas para expresar los datos de la experiencia de los sentidos de la percepcion: olor, color, tacto, gusto. En los hospitales-escuela, se combinaron sistematicamente ambos procesos para establecer la correlacion de lesion y signo. Posteriormente, la historia del saber y la historia de la enfermedad se unen en una tormenta perfecta: la tuberculosis, patologias de coliflor caseosa en el pulmon y pacientes con esputo y tos, costillas rotas. Con la observacion atenta y el oscilar de la evidencia, se pudieron relacionar el estado patologico visible en la autopsia y los sonidos revelados en la auscultacion. Sin embargo, para construir la correlacion, era necesario clasificar los sonidos y vincularlos con el diagnostico. Levantar un inventario de sonidos de vida de los pacientes. En este contexto el estetoscopio de Laennec, sirvio como un instrumento para la escucha atenta y la codificacion de sonidos. Este sencillo aparato facilito la construccion del lexico con el que se aprende a escuchar y verbalizar los sonidos y a transformar la experiencia en signo, en una suerte de teatro imaginario de acciones fisicas e imagenes patologicas asociadas y visualizar el roce de la pleura desde su sonido caracteristico. Altas voces: voces platinadas; voces temblorosas, la voz de la oveja; una voz transmitida a traves de una trompeta de metal; el balido de una cabra; el canto de pajaros pequenos; el coo de las palomas; el silbido del viento en la cerradura de la puerta; el roce constante del mar; el ruido de un coche rodar sobre el pavimento; el tintineo de las armas durante ejercicios militares; el tintineo de una pequena valvula; el crepitar de la sal cuando se disuelve en un plato de agua tibia; el ronquido de un hombre dormido; el traqueteo de los que mueren; el sonido producido por un pedazo de tejido pulmonar sano lleno de aire: que uno tiene prensado entre los dedos; la crepitacion de una vejiga seca que esta siendo inflada; el ruido de un tambor; el sonido que se produce cuando un pedazo de laton es golpeado con un dedo; la vibracion de una cuerda metalica que se frota.2 El vocabulario de los sonidos, que sirve para la auscultacion, sintetiza los modos en que se puede escuchar el cuerpo sobre todo del torax porque retumba; el corazon palpita, la sangre fluye en las arterias, vibra el pulso; la voz, la respiracion; los pulmones llenos de aire, a veces, de liquidos. El ejercicio de la escucha implica la activacion de la imaginacion en el teatro de la abstraccion y la analogia con sonidos del medio. Entre mas se escucha, mejor se comprenden los patrones, se fijan los rangos y se hace claro para el medico cuando disminuyen, aumentan o se ausentan los ruidos humedos, secos, finos o roncos, asperos; como se oye el aire obstruido o el flujo de aire que se vuelve; el sonido de aire o liquido circulante: el pozo; se distingue el sonido de la diferencia cuando se incrementa el grosor de las paredes, del gorjeo o el roce de la pleura. Hay sonidos crepitantes, pequenos ruidos chasquantes, burbujeantes, estrepitosos; sibilancias chillonas colandose por vias estrechas.
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Medicine and Dermatology Studies History
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FuenteDOAJ (DOAJ: Directory of Open Access Journals)