Divulgar el conocimiento permite conservar el dialogo de saberes y facilita la generacion de otros nuevos y mejores. De otro modo, las grandes ideas que han transformado el mundo se hubieran quedado atrapadas en la imaginacion de algunos cuantos genios. La divulgacion ademas es necesaria en el proceso de investigacion y de aprendizaje, porque refina sus etapas y puede llegar a promover la discusion de sus resultados, lo que resulta saludable si pensamos que quienes participamos en estas dos aventuras no somos infalibles. Existen diferentes formas de poner a circular los saberes y una de ellas es la publicacion periodica. Los periodicos y las revistas cientificas son entonces canales que permiten conectar comunidades cientificas y concertar el uso de un lenguaje especializado. Las revistas cientificas, particularmente, son escenarios para la circulacion de conocimiento especializado que comparten un lenguaje y un paradigma frente a alguna disciplina, entre miembros de comunidades academicas a las que pocos tienen facil acceso. Parecen pues escenarios exclusivos para expertos en los que tradicionalmente han participado los profesores como protagonistas y sus estudiantes como actores de reparto. Sin embargo, es una realidad indiscutible que estos ultimos han tenido paulatinamente mayor participacion, y que de dicha intervencion depende en buena parte la calidad de las investigaciones y de los escritos que veremos publicados en el futuro proximo. En ultimas, la labor del estudiante investigador que tambien se desempena como autor (aunque sea un auxiliar de sus profesores) es un indicio importante de la calidad e impacto de los trabajos de una comunidad cientifica. En el escenario universitario hemos sido testigos del nacimiento de algunas revistas en las que los roles de autores y editores han sido desempenados por estudiantes. Algunas, incluso han contado con el impacto y la visibilidad de aquellas impulsadas por comunidades de profesionales, lo que constituye un buen sintoma para la salud de la ciencia y del conocimiento en general, porque, como lo sugiere Arbaiza (2012), la participacion estudiantil en la edicion de una revista cientifica hace mas real la posibilidad de que los escritos de una comunidad de expertos mejoren y tengan mayor impacto a mediano y largo plazo. En este ultimo sentido, el reto de las revistas cientificas estudiantiles es triple, porque ademas de cuidar la calidad de sus procesos de elaboracion, seleccion y edicion de escritos, deben pensar en brindar un espacio constructivo de formacion para sus autores y un canal amable de consulta para sus lectores. Por esta razon, resulta crucial el acompanamiento que hagan los profesores y las instituciones educativas desde las orillas de la evaluacion de los articulos y de la gestion del proceso editorial, respectivamente.