(Discurso leido por su autor en el acto de entrega del titu lo de doctor Honoris Causa en Filosofia y Letras al Excmo. Sr. Guillermo Escobar Velez). Monsenor Guillermo Escobar Velez hubiera deseado ser parroco. Asi lo declaro durante un homenaje que se le tributo con motivo de su proclamacion episcopal. Hijo de un agricultor, de esos viejos castellanos que honran a la estirpe antioquena por su honradez, su laboriosidad y su modestia, y de una dama de claros talentos y virtudes, ellos le inculcaron la vida religiosa, y la parroquia, primera entidad eclesiastica que conocio de cerca en su patria chica, calo hondo en su mente y en su corazon. Ser parroco, he ahi su aspiracion. Tener bajo su cuidado unos cuantos centenares de fieles, educar a los ninos de la escuela en el temor de Dios, defender el pudor de las virgenes, mantener la paz de los hogares, levantarse antes del alba para atender a sus feligreses, decir la misa por el pueblo y predicar la palabra divina al devoto auditorio; administrar los sacramentos, socorrer a los pobres, enterrar los muertos; hacer brillar como un ascua la iglesia parroquial, vivir pobremente, y rendirle, en fin, cuenta buena de su rebano a Dios al termino de la vida, tales eran las aspiraciones de Guillermo Escobar Velez cuando hacia sus estudios en el seminario de Medellin. (…)