En la historia de los bloqueos originados por la politica rosista hay que distinguir la ficcion diplomatica y la realidad de los hechos. Una cosa, en efecto, son las notas cambiadas por los gobiernos y los principios sustentados, y otra cosa son los barcos que llegaban al Rio de la Plata, descargaban y cargaban tranquilamente sus mercancias. La burla del bloqueo fue algo continuo y normal en Buenos Aires y en Montevideo. Los buques de Inglaterra y de Francia no impidieron jamas, de un modo total, el comercio en la costa argentina, y los de Rosas nunca anularon, por completo, el que se realizaba en el Uruguay. El estudio de las notas diplomaticas conduce al historiador por otros caminos: ideas, doctrinas, malentendidos, evasivas, recursos tortuosos para ganar tiempo, mala fe, etc. Hay que acudir a un autor como el general Tomas de Iriarte para tener una idea de lo que fue el bloqueo que el almirante Brown, por orden de Rosas, ponia a Montevideo, y el que las escuadras de Francia y de Inglaterra mantenian frente a Buenos Aires. Ningun otro autor, podemos adelantarlo, ha reflejado como Iriarte, con tanta exactitud y emocion historica, el ambiente de Montevideo durante esos anos inolvidables. (…)