En Colombia funcionan hoy un buen numero de institutos universitarios dedicados a la ensenanza del Derecho y a la expedicion del Titulo Doctoral en Ciencias Juridicas. Un 2° Seminario de Decanos de esas facultades se reunio a finales del pasado ano de 1961, con la representacion de catorce (14) de ellas. Un examen detenido de la conclusiones adoptadas por dicho Seminario, bien intencionadas pero carentes en muchos puntos de una verdadera planeacion, ha producido al autor de estas lineas las reflexiones que a continuacion se transcriben. No invoco mas autoridad para hacerlas que una modesta experiencia profesora! en las Catedras de Derecho Mercantil General y Sociedades de la Universidad Pontificia Bolivariana y de la Universidad de Antioquia -las cuales vengo sirviendo de anos atras con mas amor que aptitud-; mis personales experiencias de algo mas de veinte anos en diversos campos juridicos -el Registro Inmueble, la Judicatura Penal, el Control Estatal de las Sociedades Anonimas, la Administracion de Servicios Publicos (Acueducto y Alcantarillado), la gestion judicial profesional y la asesoria interna o externa de expresas mercantiles-; y el conflicto que encuentro entre mi honda conviccion de la superioridad del experto legal para la direccion de las actividades publicas y privadas y de los negocios propios, y el desencanto que aflora en muchos de mis companeros de estudios, colegas y discipulos sobre el verdadero sentido y realizacion de la profesion de abogado. (…)