Introduccion En el ejercicio medico de este final del siglo XX, la forma bajo la cual se administran los medicamentos – es decir, la forma farmaceutica- ha perdido para el galeno casi toda su importancia. Elegirla se ha vuelto ante todo labor de las casas dedicadas a la elaboracion industrial de tales medicamentos y al profesional le queda solo la tarea ciertamente secundaria de recordar ( o consultar en el vademecum, si la memoria falla) la clase y concentracion de aquello que quiere escribir en su receta. No fue asi siempre, sin embargo. Este trabajo quiere entre otras cosas recordar la interesante variedad que en este campo dejo la farmacia de la Edad Media y que estuvo vigente hasta principios del siglo pasado, como otra de las armas para enfrentarse a la enfermedad y buscar el beneficio del enfermo. Desde la magia Porque la forma farmaceutica, cuidadosamente elegida y claramente indicada -a veces inclusive con instrucciones sobre pasos especificos de su preparacion en la oficina del boticario o farmaceutico- fue la prolongacion de las manipulaciones con las cuales, en anteriores pero aun no superadas epocas, se buscaba mantener o incrementar la “fuerza” del remedio, mucho mas que facilitar su administracion al paciente. Esta parte del acto terapeutico tiene en la medicina “magica” o “pre-tecnica” importancia excepcional Aunque la sustancia involucrada haya mostrado efectos realmente favorables a lo largo de centenares de observaciones empiricas, siempre se cree que tales efectos van ligados a circunstancias como la hora de recoleccion, los movimientos y palabras utilizados en ella, la calidad “magica” de la persona que la realizara y luego los detalles de la preparacion misma, entre ellos – como no! -las interrelaciones con los otros “simples” o los excipientes que completaran la formula respectiva. Para el medico chaman, mama, sacerdote de cualquier teogonia, no es ni puede ser lo mismo el extracto de capsulas de adormidera o el de corteza de sauce cuando se han macerado en alcohol por largas horas al influjo de repetidas oraciones propiciatorias, que cuando la disolucion en el mismo alcohol se realizo bajo los golpes y movimientos de la “mano” o pistilo del mortero metalico y entre otra clase de formulas liturgicas. Como tampoco es igual preparar la bebida curativa tomando como base la leche, el suero de esta, el agua de coccion del maiz o de la cebada, la infusion de hojas o flores de alguna planta, la cerveza o el sabroso y amable jugo de la vid. El paso a la medicina tecnica, en cuyo contexto plantean los griegos la teoria de los humores, causa en el ambito de la incipiente farmacopea cambios profundos. La accion realmente demostrada del farmaco, sus cualidades esenciales (deducidas a veces, eso si, de modo muy parecido a la adivinacion o por el metodo llamado “de la signatura”, es decir, de la pretendida relacion entre un detalle morfologico, caracter organoleptico o cosa semejante del remedio y alguna caracteristica saliente del estado patologico que se pretende curar) pasan a ocupar el sitio mas importante entre las consideraciones que el medico hace al elegir sus medidas terapeuticas. La forma farmaceutica empieza entonces a determinarse por la necesidad de llevar la sustancia activa, lo mas pronto posible, al organo o lugar afectado o a su mas factible cercania; pero tambien se tiene en cuenta el no mezclar sustancias que sean “opuestas” y que por ello puedan disminuirse o anularse reciprocamente...
Tópico:
Historical Studies in Science
Citaciones:
0
Citaciones por año:
No hay datos de citaciones disponibles
Altmétricas:
No hay DOI disponible para mostrar altmétricas
Información de la Fuente:
FuenteDOAJ (DOAJ: Directory of Open Access Journals)