El articulo plantea que la produccion estetica de los melodramas, ya sean cinematograficos o fotonovelescos se nutren de los sentimientos de la gente del comun. Plantea que el melodrama influye en la construccion de una cultura de masas en la que lo kitsch sobrepasa los canones clasicos de la estetica y en la que los valores bizarros de la gente del comun conforman una subcultura cada dia mas arraigada en las masas populares. Advierte que los medios se ocupan de lo melodramatico recurriendo a la condicion voyerista del publico que, avidamente consume las fotonovelas, los seriados radiales y las historietas rosa, en la busqueda de esa transgresion al buen gusto y a la mirada abyecta de lo mas recondito y oscuro de la humanidad. Senala que los “culebrones” televisivos cada vez tienen mas acogida entre la masa amorfa del publico consumista y las grandes cadenas televisivas, en aras de la globalizacion. Descontextualizan las historias truculentas de los amorios y llevan irremediablemente a fundir diversos formatos, con el unico proposito de ganar adeptos y producir series de costos rentables y gran sintonia. Se aproxima a un analisis de las canciones populares de despecho con las tecnicas utilizadas en el melodrama.