Actualmente, son diversas, variadas y agudas las diferencias presentes entre los modelos evaluativos empleados y los planteamientos que las comunidades educativas proponen en materia de calidad de la educacion superior, ya que el Estado, la sociedad civil y el mercado, como sistemas que ejercen control social sobre las politicas publicas que se ejecuta en el pais, responden a unos intereses no propiamente formativos ni educativos (Van Damme, 2003), puesto que, como bien lo comentaria House (1976), los sistemas mencionados son, desde su genesis, diferentes y estan enmarcados en el poder, estatus y dinero; de esta manera formarian lo que Clark (1983) denominaria como el triangulo de tension, el cual no solo considera los procedimientos en materia de evaluacion, sino tambien los objetivos que con esta se plantea (Montenegro, 2014b).