Los mandos o cabecillas de organizaciones criminales que actAoan al margen de la ley, tienen la condiciA³n de coautores, en el entendido de que los militantes de tales agrupaciones comparten no solo los ideales, sino las polA­ticas de operaciA³n y, por ello, la responsabilidad por los hechos delictivos ordenados por las cabezas compromete en calidad de coautores, tanto a quienes los ejecutan, como a quienes los ordenaron, sin que, entonces, haya lugar a la configuraciA³n del instituto de la determinaciA³n. En estos eventos se estAi ante casos de coautorA­a material impropia, construcciA³n que tiene lugar cuando entre las personas que concurren a la comisiA³n del delito media divisiA³n de trabajo, figura tambiA©n denominada “empresa criminal”, pues todos realizan una parte del delito, incluso algunos efectAoan comportamientos objetivamente intrascendentes o atA­picos, no por ello impunes, como cuando alguien se limita a esperar a otros miembros de la asociaciA³n ilegal en un automA³vil fuera del lugar donde se comete el delito, con el propA³sito de transportarlos una vez culminen su tarea.