En su obra critica, Eduardo Castillo defiende muchas de las ideas esteticas que el modernismo introdujo en Colombia: que el artista se opone a la moderna sociedad materialista, que el arte esta limitado al circulo estrecho de los mandarines del gusto y que el sacerdocio exclusivo del arte exige sacrificar la vida al cultivo de la forma perfecta. Pero en sus textos estas ideas se encuentran armonizadas con algunas de las tesis principales del clasicismo hispanizante promulgado por la Regeneracion a finales del siglo XIX, y carecen de la voluntad de contemporaneidad que caracterizo y valido el primer modernismo.