Si deseamos pensar bien, dice D. Jaime Balmes en EL CRITERIO , hemos de procurar conocer la verdad; es decir, la realidad de las cosas. ?De que sirve discurrir con sutileza, o con profundidad aparente, si el pensamiento no esta conforme con la realidad? Un sencillo labrador, un modesto artesano, que conocen bien los objetos de su profesion, piensan y hablan mejor sobre ellos que un presuntuoso filosofo que, en encumbrados conceptos y altisonantes palabras quiere darles lecciones sobre lo que no entiende. Aparece, ahora pues, que una filosofia digna de aceptacion por parte del estudiante y generalmente del hombre letrado, debe ser vital en doble sentido: debe ser filosofia viviente tanto como filosofia establecida sobre principios y terminos que pueden ser traducidos de la teoria a la practica, de la letra a la vida. En vista de esto, una filosofia de tal caracter tiene que tomar sus raices y bases en la realidad: tiene que ser filosofia realista. (…)