(Ponencia presentada por su autor en el Primer Congreso del Pensamiento Catolico reunido recientemente en Medellin). Vamos a meditar un poco sobre la esperanza en una epoca en que la desesperanza y, mas aun, la desesperacion gravitan sobre muchas almas. En que la angustia es una palabra que se escucha en los labios de todos y satura las obras del arte, de la literatura y hasta de la filosofia, ordinariamente tan impasible. Epoca en la que el clamor de la inquietud humana podria sintetizarse en las desoladoras palabras del Eclesiastes: Torneme y vi las violencias que se hacen debajo del sol, y las lagrimas de los oprimidos sin tener quien los consuele, y la fuerza en manos de los opresores sin tener aquellos consolador. Y proclame dichosos a los muertos que se fueron, mas dichosos que los vivos que viven todavia y mas dichosos aun a los que nunca vivieron y no vieron lo malo que debajo del sol se hace. (Ecl. 4, 1-3). (…)