Existe en nosotros la idea de un ente que entra en toda experiencia externa y que, sin embargo, no puede ser dada por ninguna experiencia. Es una concepcion qua cuando se despierta en el nino, resulta ser anterior a la conciencia de su propio yo. Su conocimiento basta por si solo y es mas inmediato que el del propio espiritu. Se encuentra en los efectos que produce en nuestro ser, en los cambios que nos hace sufrir, esto sin que logremos jamas acercarnos al genesis y raiz de su accion. Es algo con que tropezamos a continuo y que, no obstante, no podemos esquivar su nocion; porque es el soporte de todas las formas y cualidades. Ese ente tan importante a la naturaleza, como que en el reside la razon de ser de la misma, es lo que los humanos hemos dado en llamar Materia. (...)