Cuando llego hasta aqui, me place la sensacion de leer en la portada de esta fabrica, que sirve de cuerpo material a nuestra Facultad, la inscripcion luminosa a la manera de la que esta en la arquitectura biblica: Sapientia aedificavit sibi domun. Y mas aun pensar que corresponde a la realidad, que quien toma a su cargo la responsabilidad de una catedra, de modelar un criterio con la devocion del escultor, lo logra con capacidad y eficiencia; que quien ingrese en estos claustros para formarse jurista tenga vocacion definida y ponga todas sus facultades y su empeno en llegar a ser un servidor de la armonia social, porque el abogado, sea juez o parte, cumple un servicio social especializado. (…)