Con filial devocion extremecida recibimos el encargo del Pastor para una modesta apologia del Padre comun que ha empobrecido al mundo con su desaparicion al decir del estadista amigo suyo. La Iglesia catolica, que es ciudad de Dios, cuyo rey es la verdad, cuya ley es la caridad, cuya medida es la eternidad, al decir de San Agustin, permanece en silenciosa oracion ante los altares del Senor, mientras el mundo bautizado y el pagano parecen suspendidos, sumergidos y abrumados por el dolor ante la tumba del mas egregio conductor y padre de la presente centuria: Nemo tam Pater: su paternidad espiritual arropo todos los continentes y llevo el consuelo y la esperanza a todas las islas y naciones, a los mares y las alturas. (…)