(Se conmemora en este ano el centenario de las gloriosa apariciones de Nuestra Senora a Bernadette Soubirous. La Revista ha escogido, entre muchas admirables paginas escritas sobre Lourdes, este apasionante relato, fechado en 1903, que marca el primer paso del ilustre autor de la Incognita del Hombre para su conversion al catolicismo y revela tambien la divina permanencia del milagro en Massabielle, desde 1858 hasta ahora). La locomotora silbo. En las ventanillas de los vagones, unas mujeres, en cuyo atavio destacaban los manguitos y los delantales blancos, agitaban sus panuelos. Un anciano sacerdote recorria el convoy a lo largo del anden acompanando hasta su departamento a un aturdido y achacoso campesino. Era aquel el jefe de la peregrinacion. Louis Lerrac le saludo y el, estrechandole la mano efusivamente, le hizo subir a un compartimiento donde se leia: Direccion. (…)