Un craneo impenetrable y unas redes neuronales impresionan temen te complejas han impedido por largo tiempo nuestra comprension del desarrollo de ese cerebro humano de tres libras que define la profesion de educadores. La solucion practica que adoptamos fue la de concentramos mas bien en los comportamientos observables que emergian de esos procesos cognitivos de nuestro cerebro, tan pobremente entendidos. De este modo, tanto el conductismo como otras formas del folclor profesional han dominado la practica y el pensamiento educativos. Con el tiempo, hemos descubierto que comportamientos tendran lugar, pero no por que; por ejemplo sabemos los ninos tienen mas problemas de lectura que las ninas, pero no sabemos la causa. (…)