Introduccion Verdadera escuela de democracia es esta Universidad Pontificia Bolivariana, cuyo solo nombre nos esta pregonando que cobija a todos, sin discriminacion de patrimonios, de razas, de regiones o de particulares intereses. Tengo autoridad moral para afirmarlo porque para mi fue una madre que me nutrio de instruccion, de cultura, de formacion moral y que me permitio alejarme de su lado, materialmente no mas, llevando como equipaje para el camino de la vida todo cuanto pudiera contener mi pequena capacidad. Testigo este su Rector Magnifico, quien me obliga hoy, honrandome inmerecidamente, a dirigiros la palabra en esta oportunidad solemne, y quien ya en otra ocasion, para mi memorable, en el acto publico de 1.937, me habia hecho subir las gradas de este mismo escenario. Aquella vez fue para entregarme, en reconocimiento al esfuerzo de un estudiante pobre la constancia de que se otorgaba una beca para cursar en sus aulas los estudios universitarios superiores. En recuerdo de aquel paso trascendental para mi juventud ya ida, tengo hoy el atrevimiento de ocupar esta tribuna, que muy facil podria ser servida con mejor erudicion y con mas finos discursos, pero no con mas entranable gratitud y carino. (…)