Articulo publicado en dos entregas. Para leer la segunda parte dirijase al Vol. 12 No. 44 (1946). Los helechos! Quien no ha visto un helecho? Nada mas comun que esta clase de vegetales que con profusion invaden montes y vallados; puntos intrincados de la selva densa, asi como lugares abiertos, redimidos a la agricultura. Ellos se sustentan con facilidad; sus exigencias no son muchas: unas leves briznas de materia vegetal acumulada en los angulos de troncos centenarios bastan a algunas especies para vivir; otros se acercan timidamente al pie de bondadosos arboles en busca solamente de un poco de sombra y de los residuos envejecidos que caen de su corteza; un sosten para su follaje y unas migajas, caidas de la mesa uberrima de la madre Naturaleza, he ahi todo lo que exigen. Aun hay especies que con un sentido mayor de su alcurnia plantan tiendas sobre aleros y tejados, en donde, a favor del polvo, de la humedad y de otras circunstancias solo por ellas conocidas, levantan sus frondas verdes, moviles ante el paso de todos los vientos. (...)