La llanura suele andar sola. Tambien la sierra torna a si. Fuerzas contrarias, se repelen. Una apunta al poniente; otra al cenit. Pero en el Ande, paradoja cosmica, pampa y sierra caminan lado a lado. El altiplano se dilata como un mar; precipitanse los montes. Quiebras desgarradas. Muros de basalto hundiendose en el cielo. El aire fulge. Estallan los colores. Arriba: vientos de tormenta. Abajo: el vertigo. Es un collar de cimas que galopa kilometros, la cordillera enarca ventisqueros: azul cobalto, gris, ocre, ultramarino, jade, tintas roseas. iAlteza y pesadumbre de cumbres: la montana! (...)