Aunque los antecedentes de la Historia del Arte se pueden encontrar ya desde la Antiguedad Clasica, solo a partir de los trabajos de Winckelmann en la segunda mitad del Siglo XVIII puede hablarse de una actividad sistematica en este campo, en conexion, sin duda alguna, con los desarrollos paralelos de la teoria estetica y de la critica de arte. Y no es exagerado decir que el apogeo de la disciplina de la Historia del Arte es un fenomeno que se presenta solo a partir de finales del Siglo XI X, en buena medida a raiz de su incorporacion a la ensenanza universitaria que propicio la aparicion de bibliotecas y centros de investigacion especializados. El desarrollo en nuestro medio es aun mas incipiente No deja de ser paradojico, por tanto, que se proclame permanentemente la muerte de la Historia del Arte que viene a ser, en realidad, una disciplina que apenas aparece en vias de consolidacion. Por ello, es necesario afirmar, ante todo, que la muerte de la Historia del Arte no es un asunto que se refiera a su desaparicion y olvido; no se trata de afirmar la obvia realidad de que, como cualquier creacion humana, la Historia del Arte, al igual que el Arte mismo, puede morir. Es, en realidad, la formulacion de un problema teorico y metodologico que asume las consecuencias de la ruptura con el esquema de una Historia Universal del Arte, donde los artistas se habian convertido en manifestacion de un proceso teleologico que los superaba. (…)