Tengo la intima conviccion de que nuestro mundo va derecho hacia la catastrofe. El camino sobre el cual avanza la humanidad es suicida. Hablo de la catastrofe en singular, no para designar un acontecimiento unico, sino un sistema de discontinuidades, de franqueamientos de umbrales criticos, de rupturas, de cambios estructurales radicales que se alimentaron los unos de los otros, para golpear con toda la fuerza con una violencia inaudita a las generaciones que venian. Mi corazon se aflige cuando pienso en el porvenir de mis hijos y de sus propios hijos, los que aun no han nacido. Los que esperan que el siglo XXI escapara de los horrores que ha producido el XX, sin duda han olvidado que el acto inaugural —fechado 11 de septiembre de 2001— fue un acontecimiento de una brutalidad inconcebible. Creen sin duda que la ciencia y la tecnica nos sacaran de cuidados como lo han hecho en el pasado. Cuando yo era nino, se nos explicaba en la clase de educacion civica que todas las desgracias de la humanidad venian de que los progresos de la ciencia no se habian acompanado de un progreso paralelo de la sabiduria humana. La ciencia era pura, pero los hombres seguian siendo malos. iQue ingenuidad!