Las respuestas al problema del transporte público en nuestras ciudades, no debe ser simplemente la solución de una serie de vías y estaciones. El usuario y la comunidad afectada deben ser el eje rector de todas las respuestas. Se debe considerar al usuario de los proyectos como el ser humano integral que es y no como una simple cifra o estadística que se mueve en un objeto arquitectónico. Los problemas de diseño son generalmente afrontados desde la posición funcionalista, es decir, planteando un organigrama de funciones y luego proyectándolo espacialmente, como punto de partida el problema del proyecto se estructuró una manera distinta, partió de desarrollar conceptos teóricos propios, objetivos e hipótesis. La premisa en la que se basó el desarrollo del proyecto arquitectónico, es que el edificio funcione como un ORGANISMO VIVO.