Recientemente la medicina ha conseguido una victoria que pone de manifiesto y me sirve de pretexto para introducir el problema que discutire a continuacion: el Ministerio de Salud dispuso que el terreno de accion de los oficios que tradicionalmente ofrecen tratamientos esteticos ha de limitarse a ofrecer procedimientos superficiales, es decir, que todo proceso que suponga inyectar, hacer una incision o penetrar la piel con instrumentos y sustancias, no importa con que fin, es del arbitrio exclusivo de la medicina por los riesgos que implica para la salud. Se trata de una lucha por el derecho exclusivo a practicar procedimientos esteticos no – quirurgicos y cuya principal y a veces unica orientacion es estetica. Con esto, los procedimientos mas eficaces y socorridos para el tratamiento corporal y facial han entrado a ser parte de las formas medicas de obtencion de salud y bienestar y la medicina ha sumado a las intervenciones estetico-quirurgicas el campo de las intervenciones esteticas menores. De ello me interesa destacar la dimension de modelado de la subjetividad contenida en las intervenciones esteticas y la forma como es finalmente, en el inasible y fluctuante terreno de la corporalidad donde se asienta la condicion de posibilidad de la subjetividad contemporanea susceptible de ser esteticamente intervenida. A riesgo de incurrir en cierta simplificacion de la relacion entre el yo y la subjetividad, la tesis a desarrollar encuentra en la conformacion del yo contemporaneo un vinculo