Estaba en la cafeteria de la esquina, cerca del mediodia. El sol en lo mas alto daba esa luz brillante particular de las ciudades que existen en las cumbres de las montanas, es mas brillante, cubre todo tendiendo a desdibujar las formas, a dejar solo una extensa superficie de luz, casi hace dano mirar. La zapateria, el edificio de la alcaldia, las calles… luchaban por conservar su forma. Miraba desde la mesa tomando tinto, adentro, la luz era adecuada pero parecia una penumbra frente a lo que se veia afuera. Llega Dilsa, ya la conocia de algunos anos atras, cuando estaba adelantando sus estudios de licenciatura en artes plasticas. Hacia mucho que no la veia, sin embargo no ha cambiado, es muy joven aun. Sigue siendo la mujer inquieta, inteligente, convencida de lo que hace. Un fuerte abrazo afectuoso da inicio a una conversacion que me permite conocerla mas y entender mejor su trasegar por ese camino escogido