Con el anuncio de la “muerte de Dios”, Nietzsche ha inaugurado el porvenir y el camino que la humanidad ha iniciado. El hombre se ha liberado de si mismo; tambien el pensamiento le ha permitido una liberacion. La “muerte de Dios” trae una noticia: evoca para el hombre un eterno reto, la eterna tarea del trabajo y la construccion de si mismo: de construir y de avanzar, de llevar su cuerpo a nuevos terrenos, nuevos pastos donde alimentarse y dormir. El hombre, tras escuchar el llamado de Nietzsche, luego de estar en la caverna salio y presencio la luz. La luz que presencia el hombre sera tambien otra de las tantas luces que el ha de dejar en el camino, en la memoria, en el olvido. Invocamos con este trabajo la permanente tarea de la humanidad: de buscarse, de avanzar y sobre todo, posiblemente, de entenderse a si mismo.