Lejano parece el dia, a inicios del siglo XX, en que Paul Ehrlich propuso el termino de “balas magicas” como compuestos con toxicidad selectiva capaces de actuar contra microorganismos responsables de infecciones, pero no contra las celulas eucarioticas del hospedero. Sin lugar a dudas, el hallazgo de la penicilina, la bala magica por excelencia, es un hito que dio un giro en esencia, los microorganismos tienen mecanismos para hacerse “invisibles” a las balas magicas o a la terapia utilizada para combatir las enfermedades infecciosas. Para muchos era evidente que el fin de las infecciones bacterianas estaba proximo, sin considerar otros elementos que tambien tienen un papel importante en la evolucion y el desarrollo de la resistencia: la plasticidad de los microorganismos causantes de la infeccion, y la seleccion de cepas resistentes por el uso irracional de antibioticos.