La organizacion y preparacion del Mundial de Futbol Femenino en Canada se vieron rodeadas de una gran polemica que termino con la interposicion de una demanda por un grupo de jugadoras de elite ante un tribunal de derechos humanos acusando a la FIFA y a la Federacion Canadiense de Futbol de practicas discriminatorias. La decision de que la competicion se desarrollase en estadios de hierba artificial y no de cesped natural resulto el detonante. En este articulo, se presentan y examinan los argumentos de las distintas partes, tambien del tribunal, que se ventilaron en el proceso para concluir que la actuacion de la FIFA y de la Federacion, de manera individual y de forma coordinada, ademas de impedir cualquier salida negociada, fue discriminatoria.