La esperanza cristiana se fundamenta en la fe y alimenta al pueblo de Dios en su caminar hacia el futuro y lo mueve a progresar por los caminos de la dignidad y la justicia para llegar a las promesas del Dios que ha de venir. En la resurreccion de Cristo la esperanza no ve la eternidad del cielo, sino precisamente el futuro de la tierra. Es el mundo contemporaneo, el que esta instando a la iglesia a una lectura antropologica, es decir a una mayor atencion a la vida de la gente, en sus dificultades y alegrias, sufrimientos y esperanzas, desanimos y fe. Por eso, el salto de la esperanza que dan los pobres ha sido un acto repetido indefinidamente en la historia del cristianismo.