Segun se ha visto, el sentido general de las ideas dieciochescas y su penetracion moderada no se efectuo repudiando el proceso anterior, sino a traves del mismo pensamiento renovado, tanto en la metropoli como en el Nuevo Reino. J. Sarrailh exalta la obra de los reformadores espanoles con palabras elocuentes: El siglo XVIII tiene un sitio de honor en la historia de la Espana liberal, aludiendo al esfuerzo por salir de su morosa soledad y por seguir el ritmo del mundo (1).