Este articulo se propone mostrar que no hay en realidad antagonismo entre liberalismo y solidaridad, sino que, en realidad, es a partir de principios basicos del liberalismo como pueden llevarse a la practica relaciones solidarias. Para argumentar construyo una situacion imaginaria que se relaciona con la negacion de los derechos de ciertos grupos o minorias. Trato de demostrar que existe una conexion directa entre los derechos individuales y los asuntos de solidaridad internacional que se refleja tambien en la proteccion de los llamados derechos colectivos. Aunque reconociendo que en la sociedad liberal pueden darse autenticos dilemas entre obligaciones y compromisos privados, creo poder establecer que el liberalismo es capaz de acoger de manera coherente el reconocimiento mutuo y que no es ajeno a las consecuencias solidarias que se derivarian de ese reconocimiento.