Aristoteles admitia el movimiento circular de los cielos, porque los cuerpos, celestes, a su juicio, eran perfectos, y el circulo resultaba para el Estagirita la figura perfecta. Por otra parte, en la concepcion aristotelica, los cuerpos celestes son de una naturaleza tal que en ellos solo cabe hablar de rnovimiento local, mas no de otro movimiento alguno, ni menos aun, por lo tanto, de aquel denominado por el filosofo griego generacion y corrupcion.