todo lo demas que habia en el campamento estaba presidido por la confusion; personas, cosas, edificios. Cuerdas de negros sucios con los pies aplastados llegaban y volvian a marcharse; una corriente de productos manufacturados, algodon de deshe-cho, cuentas de colores, alambres de laton, era enviada a lo mas profundo de las tinieblas, y a cambio de eso volvian preciosos cargamentos de marfil. Joseph Conrad,