El cuidado, como valor subjetivo, debe su existencia, su sentido, su validez, a las reacciones del sujeto que valora. El cuidado no existe por si solo, flotando en el aire, sino que esta incorporado: la necesidad de un depositario en quien descansar lo condena a una vida parasitaria. Por ello decimos que es inherente a la vida humana. Como valor, el cuidado es percibido tanto por el que cuida como por el que es cuidado. Cuidar, desconociendo el ethos de la cultura de quien es cuidado nos llevaria, de un lado, a ignorar al ser humano como producto y productor de cultura, y de otro, a abolir el caracter relacional que tiene el cuidado, indispensable para que exista valoracion.