Tanto geograficamente como en su estructura economica y en su composicion social, al igual que en las expresiones culturales, Colombia es un paisaje de regiones, de ambitos espaciales con rasgos propios, que le han conferido una imagen de diversidad. Pero para el tema que nos ocupa, mas que hablar de regiones, prefiero hacerlo de regionalizaciones, es decir, de modelos elaborados sobre parametros cuya finalidad es circunscribir un fenomeno a un espacio determinado, en un tiempo tambien dado. Aunque parezca un juego de palabras decir que no hablo de regiones culturales, sino de culturas regionales, prefiero este ultimo termino porque con el estoy calificando las culturas (como regionales), en tanto que en el otro caso, estoy adjetivando las regiones (de culturales); con lo cual quiero decir que el objetivo no es llegar a encontrar y delimitar de manera exacta una region o varias regiones culturales, sino a comprobar las variedades que puede exhibir la cultura en el contexto espacial mayor de la nacion-estado o sociedad-estado colombiana, en este caso. Esas variedades pueden diferir, tanto en numero como en la delimitacion espacial, segun sean los parametros que se tomen como referencia para el modelo, tal como se ha comprobado. Esta es la realidad historica. Los terminos geograficos de las regiones que se han reconocido para Colombia, a partir del final del siglo XVIII en varios momentos y por varios autores no coinciden unas con otras, aunque si se destacan los perfiles de las mas caracterizadas. Se puede decir que en los espacios temporales que median entre una y otra, han ocurrido desarrollos subregionales que hoy aparecen como unidades diferenciadas. La ultima que se hizo con un verdadero criterio antropologico, utilizando principalmente parametros culturales, se aparta tambien de las demas, posiblemente por su mayor rigurosidad y precision en la escogencia y la aplicacion de los indicadores, que inclusive le permitieron a la autora romper en algunos casos la continuidad geografica. De alli que no las llame regiones, sino complejos culturales.