Cuenta el premio Nobel de literatura V. S. Naipaul que hace algunos años, viajando por Java, conoció a un joven de 28 años que, antes que nada, quería llegar a ser un poeta y vivir “la vida de la mente”. Esta ambición había nacido en él gracias a la moderna educación que había recibido, a pesar de la cual le resultaba muy difícil explicarle a su madre lo que quería llegar a ser, no obstante que ella, dentro del contexto de la cultura javanesa, era una mujer refinada, educada y elegante.