Estos comentarios pretenden indicar que hoy en dia en el mundo incierto y turbulento de los negocios y de las empresas que lo sustentan, no es condicion suficiente tener unos valores provenientes de una cultura minera y comerciante, que tiene pertinencia en una economia parroquial, sino que es necesario formar a los empresarios antioquenos con actitudes sustentadas en la etica del compromiso (no en el engano de la contraparte), en la disciplina que da el pensar en el largo plazo (y no en la inmediatez de la ganancia facil), en la planeacion (y no en la improvisacion), en la confianza (no en el incumplimiento de los compromisos adquiridos).Logicamente es importante ser vivaz y tener empuje para los negocios, pero que no sea en la forma individualista tan comun en nuestra gente, sino aprender a trabajar en equipo para enfrentar rivales en las negociaciones internacionales, los cuales vienen con disciplina, conocimientos y rutinas de planeacion.Se trata de buscar la calidad de nuestros productos para ir saliendo de la economia agraria y transitar mas deprisa hacia las industrias, pero tampoco cometer el error de quedarnos en la generacion de un tipo de empresas de muy reducida complejidad, produciendo finales de consumo de una tipologia muy elemental (escobas, panelitas, bunuelos, etc.). En esta tarea de transformar, en lo que haya que cambiar del Ethos antioqueno, el Estado debe jugar papel principal, fijando reglas claras y exigencias precisas.