Debido a la multiple y variadisima gama de conocimientos que, de prisa y por lo tanto, mal asimilados tiene que acumular el Veterinario para recoger su titulo de capacidad en cuatro anos de estudios, se le presentan muy a menudo, en su practica profesional, casos que debe resolver al momento y los que falla muchas veces con cierto temor por falta de criterio fundamental. Esto es triste, pero es real. La insuficiente alimentacion cientifica y sobre todo, practica, que en algunas materias recibimos en nuestro escaso tiempo de estudiantes, nos impide dictaminar con seguridad en los asuntos a nuestra proteccion encomendados. Y las mas de las veces, sin ser nosotros los culpables, hemos de decidir ipso fado en cuestiones inapelables, porque las materias objeto de ellas, no permiten, por sus condiciones, por el sitio donde se desenvuelve el asunto, o por otras causas, esperar a que se controle si es justa o no nuestra determinacion. Es decir: que si el Veterinario, dudando internamente, acierta en su dictamen, hace un fraude a su competencia, puesto que su conciencia no le permite gozar de un exito que solo lo da la seguridad en los conocimientos. Por otra parte, si dictamina erroneamente, por falta de capacidad o por miedo a exteriorizar su insuficiencia, puede lesionar intereses del industrial, que son tan sagrados como los propios y que deben velarse con mas interes, por ser ajenos.
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Veterinary Practice and Education Studies
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FuenteRevista de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia