Una caja de madera para lustrar zapatos humanizada con el rostro de un indigena, configura un puesto de trabajo en el Parque de Belen; la estructura de un coche de nino al que se ha agregado una canasta plastica sirve como punto de venta movil que ofrece cafe en el centro de Medellin; unos trazos de pintura blanca sobre el asfalto delimitan el area donde juegan algunos ninos cerca a la Estacion Acevedo del Metro; una silla vieja sacada a la calle y fijada al piso con cemento permite a los vecinos del barrio LaureLes hacer visita en un improvisado parque que ellos mismos han construido. Estas situaciones ejemplifican tacticas ciudadanas para apropiarse del espacio publico a traves de objetos, muchas veces creados por las mismas personas que lo habitan, con el fin de solucionar sus necesidades inmediatas y expectativas, convirtiendo la calle en su lugar de trabajo, de compra y de venta, de juego, de socializacion domestica e incluso de vivienda. Estos son los objetos que constituyen la cultura material callejera, lo que la gente hace, siente, piensa y crea cuando esta en la calle.