Los dias siguieron pasando, y despues de continuar con su medicacion, el dolor volvio a aparecer con mas intensidad. De igual forma se llamo a EMI, y la misma medica de la anterior ocasion la atendio y le receto morfina para calmar el dolor. Esta vez mi madre se sintio inconforme con el diagnostico y exigio el traslado inmediato de mi abuela a un hospital, a que le hicieran un ECG para descartar un infarto. La medica solo dijo –respeto su decision, sin embargo estoy 100% segura de que no es un infarto–.