Ante la tendencia mundial de otogar un alto grado de autonomia a los bancos centrales, se ha cuestionado la compatibilidad de este esquema con una sociedad democratica. En este trabajo Miguel Urrutia concluye que la independencia de los bancos centrales aleja a la tentacion de manejar en forma populista un instrumento tan poderoso como la politica monetaria y que, por el contrario, democratiza su contol, pues la somete a la vigilancia de los parlamentos, la academia, los mercados financieros locales e internacionales y la opinion publica.