Por muy eficazmente que el hombre haya trabajado en los grandiosos laboratorios del espiritu, por mas audaces que hayan sido sus inmortales conquistas y el precioso legado que dejara en manos de la posteridad, el no puede, sin embargo, pasar indiferente ante la aparicion de nuevos problemas. A la verdad, el hombre no puede reposar sino en la luz, y todo problema es una sombra, una nube angustiosa que se cierne sobre su alma y le roba su tranquilidad. La claridad es una necesidad vital para la mente humana, y cuando ella toma posicion frente al enigma lo hace no tanto porque quiere sino porque no puede dejar de hacerlo. El problema sin solucion se convierte en perenne tortura para el hombre, le acecha en sus mejores momentos para martirizarlo, le busca, le persigue, le asedia en todas partes, y solo cuando se le halla una solucion, la angustia se conjura y renace la paz. Luz, mas luz es el supremo grito de la humanidad ante lo desconocido. Goethe no fue mas que el resonador de esa gran voz humana.