Contestarle a Rene Uribe Ferrer cuando pude, despues de la Semana Santa, tener tres dias de reposo en El Picacho, y trabajar con calma y con serenidad, sobre un discurso academico, dada mi larga experiencia, no es para mi un problema grave. No obstante el protocolo de Jaime Sanin, tuvo la gentileza de enviarme ayer, desde Bogota, su primorosa pieza literaria, y fisicamente ayer y hoy, no he tenido sino unos pocos minutos para la plegaria, para pedir a Dios perdon por mis lagunas, defectos y culpas durante 25 anos y para agradecerle como un nino al Senor Providente esta explosion de grandeza, de senorio, de hidalguia, de generosidad y de comprension de mi modesta labor, desinteresada si, en los claustros de la Bolivariana. (…)