Un telefonazo de urgencia lleva una madrugada al Interno de Turno hasta el servicio, donde acaba de llegar un enfermo grave. En la sala encuentra un hombre de unos 40 anos, palido, angustiado. La dispnea intensa, con respiracion superficial impide la palabra. Rapidamente, con voz entrecortada, palabras silabeadas, da algunos datos anamnesticos. Hace unos tres anos viene sufriendo de ataques. Son del apendice, diagnostico que se le hizo en Santa Marta. Cada dos o tres meses, se presenta un violento dolor gastrico que se irradia al miembro inferior derecho, con vomito y fiebre, constipacion absoluta que dura tres o cuarro dias y solo se alivia por repetidos lavados. Ahora, lleva el dolor de instalado cuarenta y ocho horas; como siempre, se inicio por un dolor epigastrico. El vomito, de tipo peritoneal ha sido abundante Pero la persistencia dolorosa ha sido extraordinaria en este ataque. Hace cuarenta y ocho horas igualmente no hay emision de materias ni de gases.