Ignorar la violencia en Colombia no es posible. Esta con nosotros presente dia tras dia, de multiples maneras. La television, la radio, los diarios y revistas, nos hablan de guerras, bombas, masacres y extorsiones; de tomas guerrilleras, militares o paramilitares a inermes poblaciones. Los medios denuncian torturas y violaciones a los derechos humanos. La corrupcion estatal y privada no da tregua. La delincuencia se extiende, el narcotrafico se sostiene y en algunos casos se fortalece; los atracos, violaciones y secuestros no cesan; se consolidan las organizaciones del crimen, a pesar de las intervenciones para frenarlas.